Recuerdo distintivamente la primera vez que me declaré a mi mismo como un activista en la escuela primaria, emocionado por proteger animales. Conforme crecí, mi activismo tomó raíz dentro de la comunidad LGBTQ y dentro de organizaciones de derechos humanos. Salir con mi sexualidad como estudiante de segundo año de colegio, y como de género «queer» en mi último año, seguido por salir como un chico trans y no binario después - esto no lo hice sólo.
Fue parte de un intercambio de día y vuelta; experiencias compartidas de las cuales ahora soy sólo la mitad restante. Como un activista que además apoya la transparencia, privacidad y anonimidad, que interseca con mi identidad «queer» y trans, estoy peleando por la otra mitad para prevenir el borrar nuestras historias y para deshacer los fallos en las otras comunidades interseccionales a las que pertenezco.
A través de los medios hemos estado condicionados a aceptar historias con trayectorias y narrativas predecibles, el clímax final de dónde debe la protagonista hacer algo para retar al mal en el mundo, hacer que termine en un final feliz.
No queremos ver noticias y pensar que un problema no terminará nunca por completo, ni muchos de nosotros pensamos que hay más que un titular o lo que los medios nos dicen.
Luego, hay temas y asuntos que consideramos tabú o sensibles de discutir, y se nos dice que nunca hablemos de eso. Temas como suicidio, salud mental, abuso doméstico y violencia. Debemos permanecer callados para preservar la dignidad de todas las partes y respetar a las muertas. Argumentar y pelear es ser incivil y grosero.
A lo largo de mis cuatro años de secundaria y desde eso de forma local y nacional oímos y vimos cobertura noticiosa de suicidios de jóvenes «queer» y trans. El Día del Recuerdo Transgénero es uno de los eventos en los que pasamos lista de las muertes trans: compartimos sus nombres, sus fotos, si las hay, y sus historias.
Una semana y un día después de mi cumpleaños número 18, saliendo de AP Computer Science hacia la clase de arte, mi corazón se cayó y los susurros comenzaron. Se suponía que ella estaba en clase como les demás de nosotres.
Mi profesora de la próxima clase recibió la llamada eventualmente.
Ella saltó.
Algunas cosas no pasaron y ciertamente otras sí. Inicialmente identificada con el género equivocado, corrigieron los reportes y los periódicos se corrigieron a sí mismos. Su obituario decía que ella sólo «había muerto de repente». Mi escuela secundaria no ofreció consejo para ninguna de las estudiantes y no hubo plática sobre prevención de suicidio. Encontré la verdad sobre lo que ocurrió durante sus últimos treinta minutos a través de unas pocas otras personas unas pocas semanas después.
Estábamos enojades; estábamos entumecides; estábamos con el corazón roto, pero el tiempo siguió y nosotres también.
Meses más tarde el diario del estado publicó un editorial por el que por primera vez sentimos una inmensa sensación de impotencia. Presentaba a sus padres quienes repentinamente pretendían y se presentaban a sí mismas como si la hubiesen conocido todos estos años. No solo esta pieza usaba su nombre natal, también usaba los pronombres equivocados para empezar, y un montón de aseveraciones y publicaciones de sus diagnósticos mentales y psiquiátricos. Era una pieza asquerosa hilando lo que supuestamente debía ser un cuento angustioso sobre suicidios transgénero en una historia transfóbica sobre una persona que no pude reconocer en esas palabras. No había nada que yo, ni nadie más, pudiera hacer para proteger su historia.
Para el mundo que no la conoció, ella había sido borrada por sus padres. El resto de mi último año fue un desastre académico, pero mantuve mi trabajo sin fines de lucro y activista. Empujé a mi hermano menor, ahora estudiante de primer año, a que se uniera a los clubes en la escuela en los que yo estaba en el equipo de liderazgo, así como a la junta de liderazgo de la que yo era miembro en la organización LGBTQ sin fines de lucro a la que me había unido en mi primer año.
Como hacen las activistas y hermanos, nosotros tuvimos nuestros desacuerdos en los distintos problemas que enfrentamos. Eso estaba bien, pensé, mi hermano nada más necesitaba tiempo para crecer. Tuvimos una primavera e inicio de verano muy duro juntos luego de estar en desacuerdo sobre un tema en el que mi hermano tenía fuertes opiniones y que provocaba como excusa del por qué mi hermana no podía usar mis pronombres correctos. A pesar de esos problemas yo salí como trans, tuvimos a nuestro perro–Nugget, diminutivo de nugget de pollo– que hizo que nos uniéramos inmediatamente, luego dos semanas después mi hermano me vio caminar a través del escenario de la graduación en dónde después comimos pizza de macarrones y queso juntos.
Días después yo estaba en un viaje a la costa este dejando atrás a mi hermano. Un mes después elle también salió como trans y no binarios. Salió como Skylar.
Pensé que nunca volvería a ver atrás.
Eso no fue exactamente cierto por unas cuantas razones diferentes.
Crecer fue sobrevivencia. Habían años en los que Skylar y yo no comíamos nada más que cajas y cajas de cereal vencido hace mucho tiempo. Todo estaba vencido pero estaba «bien» comerlo si no nos mataba. No teníamos asientos para niños y estaba bien sacarnos del auto cuando iban manejando a algún otro lado. Sólo caminen a casa... en realidad... sólo no vuelvan nunca.
Los domingos consistían en tratar de esconderse bajo la cama o en armarios. Puños, vociferaciones, gritos. Queríamos jugar juegos en la internet, no ir a una iglesia en la que el odio era escupido en las bancas y en los chismes.
Siendo perseguido. Mi primer recuerdo es uno de terror cuando trataba de esconderme bajo las sábanas en mi cuarto cuando mi madre de nacimiento gritaba y aporreaba sus puños, rasguñándome para quitar la sábana que me protegía, arrastrándome a la sala. Puños, vociferaciones, gritos. Con frecuencia, mi hermano me culparía de quebrar algo o hacer algo y yo recibía golpes por eso. Me enojaba porque yo no había sido, pero con el tiempo reconocí que si no era yo hubiese sido Skylar.
Mi padre de nacimiento no podía detener nada de esto. Contrario a la tradicional cultura patriarcal coreana, mi madre de nacimiento era la cabeza, mi padre de nacimiento era callado y sumiso. Al crecer vimos a mi madre de nacimiento tener problemas con alcohol, comportamiento tóxico, que causó que fuera removida de muchas comunidades, todo mientras ella insistía que era una estricta hija de Dios.
Claro, habían los ocasionales buenos ratos otorgados cada pocas semanas luego del abuso inicial, el silencio, de vez en cuando la raramente hablada media disculpa, ya que la disculpa eran los buenos ratos. La gran mayoría de las veces era sobrevivencia y relajación sólo cuando ella se quedaba dormida en los sillones mientras la televisión estaba encendida.
Nuestros enfoques de sobrevivencia eran casi opuestos. Mi madre de nacimiento tenía muchas fantasías e ilusiones, un sentido de santurronería, importancia y grandeza. Ella con frecuencia hablaba de haber querido ser una actriz famosa con fotos y libros sobre Audrey Hepburn y otras actrices cercanas, creía que las miles y miles de lecciones de salón de baile que pagaba la hacían elegante y bella. A esto y otras cosas ella trataba de empujarnos. Skylar escogió seguir la corriente y sobrellevarlo, lo que llevó a cosas como tomar lecciones de salón de baile, clases de baile, iglesia y más... mientras yo me rehusaba.
Yo igual terminé haciendo años de baile ya que mi hermano necesitaba un compañero de baile. Él escogió el silencio en frente de ella en lugar de ser auténtico. Yo me rehusé, lo que llevaba a peleas sobre mi franqueza y el rechazo a conceder al decir francamente mi opinión sobre las cosas, soportando la mayoría de la ira de mi madre de nacimiento. Mi primer probada de libertad fue correr por mi calle en tercer grado, para el final de la secundaria encontré confort en gimnasios de 24 horas y cafeterías. Fue suficientemente malo cuando salí como ateo y Skylar como agnóstico llevando a lo que serían los Domingos. Salir como «queer» fue la última gota. Skylar me siguió al salir, pero yo hacía alarde de mi identidad frente a mis padres de nacimiento, Skylar permanecía en silencio.
Encontramos consuelo entre nosotros y en la internet debido al miedo, vergüenza y humillación de nuestras vidas. Hacer planes y apoyar al otro ya fuera para graduaciones, escapar nuestro pueblo, o sobrevivencia.
Escapar, tener mi propio lugar, obtener custodia de Skylar.
La última vez que le envié un mensaje de texto a mi hermano, yo esperaba que xe* hubiera tenido un buen año escolar y que me dijera si alguna vez necesitaba ayuda con la salud trans. Eventualmente llegué a un punto en el que me sentía preparado para tener a Skylar, comprando un Lego de la Torre Eiffel para xir. En ese momento, trabajaba en las aerolíneas y con beneficios de vuelos pretendía reunirnos, comer waffles y ofrecerle que usáramos mis beneficios, que se me uniera en la costa este e ir a Francia, si xe quería que yo obtuviera su custodia. Después de enfermarme, el viaje se pospuso una semana, haciéndolo de 470 a 471 días desde que me fui.
Lunes, 28 de setiembre de 2015, 468 días desde que me fui.
Recibí la llamada.
La arena en el reloj que se había detenido en 1150 días desde 16 años y 10 meses antes separando la diferencia de edad entre mi hermano y yo empezó. Skylar había escrito en xirs cuenta de Tumblr declarando sus intenciones de suicidio.
Mis padres de nacimiento fueron notificadas horas después de que yo lo había sido pero ni siquiera yo había sido el primero en enterarme: había sido la organización sin fines de lucro de la que ambos formamos parte que fue informada, primero. Ellas eran xirs contacto de emergencia.
Cuando mis padres de nacimiento llamaron para reconciliarse conmigo yo estaba exhausto y agradecido por la oportunidad de no tener que pelear legalmente en las cortes. Volé de vuelta esa misma noche, volví a su casa, e inmediatamente me hice cargo. Antes de irme les había hecho prometerme que no harían con mi hermano lo mismo que me habían hecho a mi. Ese no fue el caso y aún peor: con frecuencia llamaban a la policía por mi hermano, echando a xir, y otras cosas. El choque de sus acciones durante años finalmente trayendo frutos fue demasiado, lo que me permitió encargarme de todos los procedimientos.
En el obituario en línea ellos habían malnombrado a Skylar con su nombre natal completo, la edad incorrecta, y una terrible y blanda descripción. Lo arreglé por completo, escribí el obituario tan auténticamente como fue posible. Complací la insistente solicitud de mi madre de nacimiento de agregar «baile de salón avanzado» en este, aunque xe no había bailado por años porque esto era cosa de ella, no de él. El funeral fue viernes, a unas cuantas cuadras de mi colegio. Riendo inapropiadamente y diciendo cosas aleatorias mientras la gente daba sus condolencias. Dos días después la cremación del cuerpo de Skylar. Al día siguiente, una semana desde que la pesadilla empezó, cumplí 20 años de edad y recibí la cuenta del funeral, cenizas y pagué por el lote de entierro. Tres días de abrazar la urna después, le enterramos. Yo puse los dos primeros puñados de tierra para asegurar que el listón de arco iris de nuestro escritorio no se moviera, la última pala de tierra, puse la capa de césped de vuelta encima, y le eché agua.
En el tiempo que me fui mi hermano tomó control a partir de donde yo lo había dejado y fue mucho más lejos de lo que yo había ido como activista. Su muerte se volvió nacional, y yo estaba inundado, como el único contacto en línea, con mensajes de condolencias y odio. Los medios fueron el punto de odio que había contenido por semanas e incluso ahora. Muchos de estos sacaron a xir, tenían información incorrecta, e incluso después de darles la información correcta o solicitar que quitaran cosas estos no se corregían. La nota de Skylar en Tumblr se volvió viral, y la gente empezó a inundar sus cuentas de redes sociales para ser agregadas. También encontré mi propio nombre de nacimiento e historia en algunos de esos reportes. Xir perdió su privacidad y yo también sobre mi propio pasado.
Por años había participado en eventos para muertes de trans y «queer» por suicidio, con frecuencia compartiendo artículos de noticias y medios acerca de ellas sin examinarlos del todo. Ahora se estaba devolviendo hacia mi directamente. Sentía odio puro por primera vez en mucho tiempo porque los medios estaban sensacionalizando la vida y muerte de Skylar, analizando de forma falsa y poniendo sus propias narrativas y demandas de por qué xe lo hizo, estadísticas en las que él no pertenecía, todo era un desastre fuera de control. La gente usaba a xir para apoyar su visión de muertes trans por suicidio, ya fuera por malicia o en un intento de hacer bien pero sólo sirvió para destinar más información incorrecta. El mundo siguió eventualmente, pero eso no fue el final.
Al inicio pareció que mis padres de nacimiento querían reponer y enmendar lo que habían hecho. Mi madre de nacimiento dijo que ella se volvería una activista, eso si activismo es mentir, falsas historias de maternidad y cercanía. En ese momento no sabían que me estaban manipulando por la obsesión y necesidad de control, pero yo también ayudé a permitírselos y a su comportamiento entrenándoles en cómo hablar, que decir, qué escribir, brindándoles mis palabras para cubrir su falta de estas. Mis palabras habían sido apropiadas en sus discursos desde eso. Los hechos no cambiaban la desilusión, la negación, o el duelo; los hechos no podían ser cambiados por un nuevo personaje y cara pública sudando por aceptación en una comunidad que dijeron que estaba llena de pecado e infierno a causa de su religión, aún así los hechos fueron grandemente descontados por los medios y por las organizaciones LGBTQ nacionales porque es la perfecta historia trágica para sollozar. «Madre de Wisconsin llama a un entendimiento más profundo de las personas transgénero».
«Madre de chico trans cuenta la historia rompecorazones de un suicidio».
Las personas y los medios quieren un final feliz para esta historia. Ellas aceptaron este final feliz en la forma de un repentino «cambio en el corazón». Las falsas alianzas han permitido que estas voces anulen las voces trans reales, incluso después de ser informadas de la verdad.
La absoluta incapacidad de encontrar responsabilidad ha llevado a la corrosión de la confianza que tenía en las organizaciones y grupos LGBTQ nacionales en los que antes creía. Uno de estos grupos es la GSA Network que trabajó con mi madre de nacimiento para crear la beca de Premio Skylar Lee de Liderazgo y Activismo. Cualquier persona que conociera verdaderamente a mi hermano sabría que xe odiaba la escuela.
Le han permitido a mi madre de nacimiento usar unas pocas fotos que tiene con Skylar antes de su transición como su «prueba» de cercanía, lo que degrada aún más cualquier sentido de anonimato o privacidad con su pasado. Ella dice haber sido una «madre ordinaria» hasta que Skylar salió usando fechas falsas e inconsistentes. Ella difunde la misma falsa narrativa de las personas trans odiándose a sí mismas y sus cuerpos, usando a Skylar como su vehículo. Cualquier organización o medio verdaderamente inclusiva o amistosa con trans debería reconocer que esto no está bien.
De alguna forma la gente ha ignorado que mis padres de nacimiento violaron la cuenta de Facebook de Skylar y leyeron todos xirs mensajes privados con gente, esto alarmó a quienes enviaron los mensajes (es espantoso ver que una persona muerta de repente «lea» su mensaje). Tal vez esta ignorancia se deriva del tabú de hablar en contra de la familia del muerto, pero nuestros padres de nacimiento nunca fueron familia para nosotros.
Su clara impaciencia por botar la última privacidad de Skylar ha sido ignorada y el intento de borrar todas nuestras historias y vidas con una falsa narrativa de «maternidad» parece que ahora ha sido un gran éxito por lo menos para mi madre de nacimiento. No ayudó que Skylar trató de prevenir una caza de brujas en su post en Tumblr diciendo que xe no había sido empujado al límite por la familia, agregando que la cultura americana coreana se ha convertido en el chivo expiatorio para culpar por la transfobia y homofobia, que son problemas legítimos que desafortunadamente él ayudó al no ser sincero para tratar de no convertirse en una historia de sollozo.
La mayor decepción en todo esto ha venido de gente que sabe o ha sabido la verdad de forma íntima pero dice que si lo que ella está diciendo hace bien, entonces eso es todo lo que importa. La gente ignora las inconsistencias y mentiras en su narrativa, su ilusión de una relación que ella imagina que pasó con Skylar (ella nunca fue una madre para nosotros, fuimos predominantemente criados por otras personas), historia de abuso, porque es por el «bien mayor».
La gente quiere un final feliz y con mi madre de nacimiento han sido sacudidas por su inconsistente historia de sollozo como una «madre ordinaria» de una muerte de un activista joven trans y «queer» reconocido a nivel nacional: la historia trágica que quieren oír. A ella le están dando premios, está dando discursos en conferencias, y más, todo siendo tomado palabra por palabra porque ella simplemente resultó ser la madre de nacimiento de un niño muerto.
Ella ha olvidado la solicitud de Skylar:
«En conclusión, soy un adolescente deprimido como muchos otros. Sin embargo, lo que no soy es una historia de sollozos. No conviertan mi nombre en un "hash tag". No traten esto como un festival de suicidio de gloria. No me estoy matando porque soy trans y «queer». Sin embargo, lo que sé es que cuando niñas trans y «queer» completan su suicidio, hay una reacción en cadena. Esto solo se agranda por la representación en los medios de nosotras siendo historias de sollozos. Yo no soy una historia de sollozos, no me conviertan en una.»
Skylar y yo cometimos errores, decisiones terribles algunas veces. Algunas veces fuimos detestables con nosotros mismos, con el otro, con nuestros hogares, con el mundo. Otras veces estábamos enamorados del mundo. Ambos estábamos tratando de sobrevivir. Nuestras vidas son demasiado complejas e interseccionales para titulares claros, narrativas y trayectorias fáciles de entender o carnadas para clics.
Mi hermano menor pudo haber perdido xir privacidad. Pero yo ahora soy el último sobreviviente de las experiencias compartidas y yo compartiré nuestra válida y cruda autenticidad e historias hasta mi propio final.
*Nota de la editora: Xe/Xir/Xirs es un pronombre personal de género neutral para la tercera persona del singular.